Caso Herminio Deras: una oportunidad para evitar la repetición de los crímenes del pasado.

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“Él fue una persona muy entregada a la familia y también a la sociedad, trabajador, una persona que al final dio su vida por la clase obrera, campesina, le gustaba el estudio, el deporte, lo extrañamos mucho”, con estas palabras describe Luis Deras García, a su hermano Herminio Deras García, un líder, sindicalista y dirigente político del Partido Comunista, asesinado 29 de enero de 1983, en San Pedro Sula, por los Escuadrones de la Muerte del Batallón 3-16, brazo armado del Estado que fue encargado de eliminar, intimidar y neutralizar a la oposición política en la décadas de los 80.

Herminio era maestro de profesión, pero su don iba más allá de una enseñanza a leer y escribir, Herminio enseñaba a pensar, a luchar por los derechos y transformar la sociedad, por lo que representó una amenaza para el sistema política, para los opresores de los pobres.

Su hermana Alba Deras García, relata con un profundo orgullo como su hermano no solo educaba a la familia sino también a la clase obrera, lo que llevó a que fundara la Escuela de Formación Política Sindical en la Costa Norte.

La persecución a Herminio

Data desde los años 70, desde que él empezó a identificarse como ese gran líder político recordemos que llegó a ser, al momento de su muerte, el segundo secretario del Partido Comunista de Honduras.

Durante esa época los allanamientos ilegales por efectivos del ejército hondureño, se hicieron algo frecuente para los familiares de Herminio.

Una de las tantas ocasiones, los militares ingresaron a la casa y la detuvieron junto a 8 familiares. Los amarraron de las manos y exhibieron por las calles de El Progreso como delincuentes. Fueron trasladados a la posta policial y posteriormente en avión a Tegucigalpa. Durante el vuelo les amenazaban con tirar al vacío si no decían dónde estaban las supuestas armas.

Acciones que se repitieron, cada vez que había un movimiento político, la familia era objeto de represión, incluyendo en el 2009 cuando se rompió el orden constitucional con el Golpe de Estado en contra del Presidente Manuel Zelaya Rosales.

“Vivimos toda esa situación desde que tenemos uso de razón, éramos niños, lo sucedido contra la familia es algo que no tiene precedentes en Honduras”, señaló Alba Deras.

Quien, en búsqueda de la justicia en febrero de 2002, sin conocer de protocolo, hizo la denuncia en nombre de la familia Deras, ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, atendiendo el consejo que le dio un compañero de trabajo. En la denuncia se acusó al expresidente Roberto Suazo Córdova, al jefe de las fuerzas armadas y a otros implicados de esa época.

En 2018, le notificaron que el caso había sido aceptado por la CIDH. En 2021, el caso pasó a la Corte Interamericana y la audiencia pública se realizó en mayo de 2022. Cuando la familia Deras estuvo en la Corte y escuchó que el Estado de Honduras se reconocía culpable.

El reconocimiento del Estado de Honduras en el caso de Herminio, para la familia es “como una reivindicación a ese esfuerzo de toda la familia, porque todos ellos que sufrieron torturas”.

Además, “representa una oportunidad para que en Honduras haya cambios en el tema de jurisprudencia, de justicia histórica, de que se encamine precisamente a que estos hechos de crímenes de lesa humanidad no queden impunes y que no  se repitan”, indicó Alba Deras

El hecho de que un Estado reconociera plenamente su responsabilidad nunca se había dado en un juicio ante el Sistema Interamericano.

Sin embargo “La verdad queda muy grabado y es difícil de superarlo. Pero la misma sed de justicia y buscar la reivindicación por la muerte de mi hermano, nos hace fuertes”, concluyó Luis Deras.

Para su hermana Alba Deras el reconocimiento por parte del Estado quizá fue el primer paso para un poco de sanación, “porque la sanación total nunca llega”.

Reconocimiento responsabilidad internacional en el Caso DERAS GARCÍA Y FAMILIA VS. HONDURAS

El 13 de junio de 2023  en un acto histórico, el Estado de Honduras reconoció públicamente su responsabilidad internacional en relación con los hechos documentados en el CASO DERAS GARCÍA Y FAMILIA VS. HONDURAS, haciendo referencia a las violaciones de los derechos humanos en el contexto de la aplicación de la doctrina de seguridad nacional en la década de 1980, en cumplimiento de una de las medidas de reparación establecidas en la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) el 3 de octubre de 2022.