Con calles abarrotadas y centros médicos saturados, la aprensión crece ante la llegada masiva de turistas durante el eclipse.

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Varios condados en el estado de Texas, como Kaufman y Kerr, han estado en alerta temprana ante la inminente afluencia masiva de visitantes para el eclipse. Los jueces de estos condados firmaron “declaraciones de desastre” en marzo en previsión del aumento significativo de población, posiblemente duplicándose o triplicándose, debido al Kerrville Eclipse Festival, un evento organizado por la NASA.

El condado de Kerr ha anticipado problemas como congestión extrema del tráfico, tensión en los servicios de emergencia y hospitales, escasez de alimentos y combustible, y presión en la infraestructura del condado. Por lo tanto, se han impuesto medidas como la prohibición de hacer fuego y realizar excavaciones.

Siguiendo el ejemplo de Kerr, la semana pasada el condado de Kaufman también declaró el “desastre” anticipadamente debido al previsible incremento drástico de población, lo que limitaría la capacidad de respuesta de las agencias de seguridad pública.

Otro punto crítico de congestión se espera en las cataratas del Niágara, en la frontera entre Estados Unidos y Canadá. La zona canadiense ha declarado recientemente el estado de emergencia debido a la expectativa de un gran número de visitantes. La proximidad a la gran área metropolitana del noroeste de América y la singularidad del lugar hacen que sea vulnerable a la masificación turística. Los observatorios ofrecen una buena visibilidad del eclipse, pero también representan un desafío para mantener las medidas de seguridad en esta famosa atracción.