El sistema de salud en Haití está experimentando una situación caótica sin precedentes.

Sociales

El sistema de salud de Haití está sumido en un caos sin precedentes debido a la violencia desatada por las bandas armadas, que han dirigido sus acciones destructivas hacia hospitales y farmacias como parte de su estrategia de terror.

La acción de estas pandillas ha provocado el desplazamiento de la población en diversas zonas del centro de la capital y ha paralizado la actividad en los centros de salud, tanto públicos como privados, que atendían principalmente a los más desfavorecidos.

Incluso el principal hospital público del país, el Hôpital Général, fue ocupado durante horas por bandas armadas. Esta situación se suma a otros actos violentos, como el incendio de comisarías y dependencias policiales, el asalto a las dos mayores prisiones del país y los intentos de tomar el control del Palacio Nacional.

El director de una red de centros médicos en Haití, el doctor Ronald Laroche, describe la situación como catastrófica y señala que es la primera vez en la historia del país que grupos delictivos buscan acabar con su existencia. Además, lamenta la falta de un levantamiento nacional ante esta situación y advierte sobre la destrucción sistemática del Estado-nación.

La crisis en el sistema de salud, exacerbada por el éxodo masivo de profesionales médicos y la inseguridad generalizada que afecta al personal sanitario, ha llevado a una escasez de medicamentos e insumos médicos. La producción farmacéutica también se ha visto afectada, con laboratorios cerrados o funcionando a capacidad reducida debido a la situación de violencia en la región.

La ayuda internacional se perfila como indispensable para reconstruir hospitales y restablecer el funcionamiento del sistema de salud, pero se enfrenta a enormes desafíos. En medio de esta crisis, los líderes políticos del país parecen estar desconectados de la magnitud del desastre que enfrenta Haití.