Gobiernos no lograrán esperanza en el país aplicando mismas reglas, dicen analistas

País

El analista hondureño, Omar García, consideró que los gobiernos de izquierda o derecha, no lograrán traer esperanza al país si se siguen aplicando las mismas reglas, señalando los problemas estructurales que hunden a Honduras.

“No funciona nada cuando hay mucha pobrería, los negocios y la identidad se vienen abajo. La gente pierde esperanza nacional. No estamos dando esperanza con las mismas reglas sino cambiamos”, aseveró.

Según García, los hondureños no deben caer en el juego de que, si es la oposición o el oficialismo quien tiene la culpa, porque ellos están “ganando” cada vez más, no importa si es cada cuatro años, sus familias están bien y “nuestra” gente se esta “muriendo” de hambre.

Para el analista, la corrupción es el principal problema que repiten los diferentes gobiernos. En su análisis comparativo a nivel regional, desde la administración de Ricardo Maduro (nacionalista), José Manuel Zelaya Rosales (liberal), durante el golpe de Estado, el gobierno de Porfirio Lobo Sosa y Juan Orlando Hernández (nacionalistas), Honduras figuró entre los países mas corruptos de Centroamérica.

En la nueva administración de Xiomara Castro de Zelaya, dijo que los niveles altos de corrupción, se mantienen, y responsabilizó a todos los gobiernos de estar “hundiendo” en pobreza al país.

De su lado, el sociólogo Allan Fajardo, dijo que, si se hace una evaluación a los políticos, salen “aplazados”. Mientras que, el exdiplomático Ramón Custodio, indicó que Honduras esta pasando por un momento complicado históricamente, donde “predomina” la polarización.

En ese caso, consideró que si bien, la presidenta Xiomara Castro de Zelaya, no “quiere” confrontación política, tampoco “puede ser mediadora porque ella es parte del partido de gobierno que esta en conflicto”, en el Congreso Nacional.

Bajo ese contexto, manifestó que toda causa tiene un efecto, y cada acción al interior del Legislativo, desencadenó a otra hasta llegar a la crisis. Ejemplificó que, “si no hubiesen puesto cadenas, no hubiese habido efectos secundarios. Si el guardia no hubiese abierto el portón, no hubiese habido una pistola”.