Hondureña al volver de España: “Esto es horrible, no se lo deseo a nadie, toda mi familia se quemó”

Titulares

“Esto es horrible, no se lo deseo a nadie, toda mi familia se quemó, ya Dios sabrá por qué hace las cosas… Solo me queda darle gracias a Dios y espero que se los haya llevado a un mejor lugar”, dijo con lágrimas en sus ojos y su voz entrecortada, María Celeste Aguilar Cerna, afuera de la morgue de Medicina Forense.

Aguilar Cerna esperaba que le entregaran los cadáveres de su madre, sus hermanas y su hija de 9 años de edad, fallecidas el viernes pasado, junto a su padrastro, al incendiarse su casa, en la colonia Ciudad Lempira, en Comayagüela.

“Me siento tan mal… Me fui a otro país para darle una vida mejor a mi hija y miren ahora ya no podré nunca más abrazar a mi hija, a mi madre y a mis hermanas”, lamentó.

La doliente retornó el sábado al país, proveniente de España, donde actualmente radica; ella es una de las tantas hondureñas que trabajan en otro país para darle un mejor futuro a su familia.

Los cuerpos de sus seres queridos tuvo que reclamarlos ayer en la Dirección General de Medicina Forense, luego de que estos murieran, al parecer, asfixiados por monóxido de carbono que inhalaron tras suscitarse el incendio en la vivienda donde habitaban.

Las víctimas fueron identificadas como Samuel de Jesús Cortez Hernández (37), conocido como “El Negro”; Sayda Lorena Cerna (51), a quien llamaban “La Chela”; Jimena Alejandra Cerna (14), Sindy Vanessa Cortez Cerna (8) y María Samanta Aguilar Cerna (9).

“Nunca más podré abrazarlas, besar a mi madre, a mi hija, a mis hermanas, tampoco a la pareja de mi madre con quien ella tenía más de 20 años de vivir juntos, es muy doloroso, ellos eran lo único que tenía en esta vida”, manifestó entre lágrimas Aguilar Cerna.

“Espero haber cumplido con todo lo que me pidieron algún día, haber sido una buena hija, una buena madre, es muy doloroso, hice todo, pero ahora no sé en qué fallé para estar viviendo esto”, lamentó.

Detalló que ella se comunicaba con su familia todos los días, ya sea por mensaje o por videollamada, siempre pasaba pendiente de ellos, principalmente de su hija a quien tuvo que dejar al cuidado de su madre cuando apenas tenía cuatro años, todo con el fin de brindarle un mejor futuro tanto a su hija como a sus hermanas.

Aguilar Cerna llegó en la madrugada de ayer a reclamar los cadáveres, sin embargo, fue hasta las 3:00 de la tarde de ayer domingo que se los entregaron.