La falta de oportunidades y los bajos salarios en el país obliga a miles de hondureños, entre ellos mano de obra calificada y universitaria, a emigrar diariamente, afectando la productividad nacional, lamentaron líderes sociales.
El dirigente obrero, Daniel Durón, estimó que no menos de 15 mil trabajadores de la construcción y otros profesionales vocacionales, se fueron de Honduras buscando oportunidades en Estados Unidos o España, principalmente.
Como consecuencia, muchos rubros en el país no pueden sustituir esa mano de obra afectando sus rendimientos y la actividad económica en general del país. Por ejemplo, citó que la caficultura adolece de cortadores en tiempo de cosecha y la misma industria de la construcción enfrenta limitaciones de este tipo de empleados, agregó.
Según datos recientes del gobierno americano, la población hondureña en EE. UU. superó el millón de personas, entre ellos miles de obreros calificados y profesionales, incluyendo universitarios, que no encontraron trabajo en Honduras en el último cuarto de siglo.
Además del histórico desempleo galopante, la desigualdad salarial es otro motivo para que estos trabajadores dejen su patria ya que en Estados Unidos, por ejemplo, puede ganar en un día lo que les pagan en una semana en Honduras, comparó Durón.
Otro de los factores en contra del progreso del país, según el dirigente sindical, es la inestabilidad política y la inseguridad jurídica, como se refleja en la maquila, donde unos 32 mil empleos se perdieron debido a que muchas compañias se trasladaron en los últimos cinco años a otros países de la región porque recibieron mejores incentivos para operar.
Durón también dijo que la falta de colegios ténicos y vocaciones está jugando en contra del país a la hora de requerir mano de obra calificada. Ni siquiera el Infop está dando los resultados esperados ya que apenas forma el 20 por ciento del personal que requiere la industria y el comercio nacional.
A la par, la economía informal está absorbiendo los miles de profesionales, incluyendo universitarios, que no se pueden insertar en el mercado laboral.
INEVITABLE FUGA DE “CEREBROS”
Al respecto, el director de Protección al Hondureño al Migrante, una depedencia de la Cancillería, lamentó que la fuga de obreros implica una fuga de “cerebros” que se pierden y que el país ha invertido millones de lempiras en formar.
Admitió que estos migrantes no tienen otra alternativa, ya que en Honduras el salario mínimo promedio es de seis mil lempiras que no le ajusta a la inmensa mayoría de hondureños para suplir las necesidades básicas.
Conforme a datos de empresarios industriales, diariamente salen del país 1,200 compatriotas capacitados o con experiencia, en su mayoría, en agricultura, el transporte y la construcción, los rubros que ahora se ven afectados.
Como los migrantes se van en el momento de mayor productivad, dada su edad, entre los 15 y 30 años, advierten que el país comienza a perder su bono demográfico, a reducir progresivamente su activo laboral y conviertiéndose en un país con una población inactiva económicamente, como sucede a muchas naciones de Europa.
Otros organismos no gubernamentales, ligados con el estudio del mercado laboral, estiman que en los últimos años, menos de 16,000 trabajadores, expertos en fontanería, electricidad, albañilería y otros oficios u ocupaciones, se marcharon del país.
Ante este panorama, profesionales de la economía sigue apostando a la inversión nacional y extranjera como fuente de empleo y generación de riqueza al mismo tiempo que recomiendan frenar el gasto corriente del gobierno en políticas populistas y que ahuyentan el capital extranjero.